Por dentro me invade un dolor
que va surcando mis venas
de torrentes estancados de sangre
cuando mis ojos observan
con melancolía calles embulladas
en océanos de tinieblas oscuras
 
Sentí gritar las calles de miedo
y me sentí vacío, inestable,
perdidos en campos oscuros
de caminos enlazados
y cruces que no conducen a nada.
Ahora las mañanas ruidosas
transcurren silenciosas y desiertas
por la ausencia de electricidad.
 
Sentí gritar las calles, quebrantar la urbe
y temblar la tierra por dolor.
Sentí perder, ladrar los perros del infierno
porque hoy Bata me mata, me invade;
causando en mí emisiones complejos,
dilemas perplejos e inexplicables sucesos
de una ciudad que lentamente muere.
 
 Luis NSUE MIA

Dos dioses enemigos rompen el vacío
alzándose  en un nuevo amanecer
en el pueblo donde los olvidados
carniceros ofrecieron sus ritos
al viejo dios del mal enfermo,
Belcebú, quien príncipe de diablos es;
aquel que todo mata y envenena
en sus crueles rituales arcaicos;
Aquel que con trapos oscuros
viste sus conocidos enemigos;
Aquel que cada noche duerme
embriagado  entre timbal y vino;
Aquel que mil fantasmas chalados
acuden a su cita y ríen
generosamente su desgracia;
Aquel que cree que el puño
vence  al verso y la espada
a la pluma por su fuerza y dureza;
Aquel que con impurezas cobra
vidas tristes y amargas
entre viejas palabras que renuevan
el sabor de su eterna agonía.
 
Luis NSUE MIA 

Entre un par de piernas llegamos todos,
Destino hacia tres metros bajo tierra.
Breve es nuestro tiempo sobre el suelo,
Intenso nuestro trabajo por el ego.

He aqui donde ricos y pobres,
Las grandes miseria compartimos,
He aqui donde pobres y ricos,
Sobrevivimos en calles fétidas.

Sobre el mismo suelo caminamos todos,
Del aire palúdico respiramos todos,
Aquí reina la igualdad para todos,
En este suelo no vivimos con escalas.

Un mercado, una iglesia, un hombre,
Lo único es para todo el pueblo,
Sin importar las condiciones ni la calidad,
Todos somos igual de miserables.

JMEA