!Cuanto quisiera desaparecer!
Y surgir alli donde nada, Ni nadie me pueda reconocer. Que no recuerde ya los recuerdos, Que no se repitan mas los hechos, Que en esta tierra me hicieron llorar. Lo hecho todavia no sera, Empezare de nuevo otra vez, Y la esperanza renacera. No quiero saber que estoy, No quiero admitir que te prtenezco No quiero aceptar lo que vivo. Mi existencia vana es, Sin esperanza, sentido ni metas, Lo peor es que tu no lo ves. Desearia quedarme en esta tierra, Desearia que fuese de esperanza, Desearia verla cantar, sin miedo. Pero nuestro grito es el silencio, Quiero huir de esta tierra, Y no ver prcipitarse mi vida al vacio. JMEA
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No es el ruido que me mata.
¡No, no es! ¡Es el silencio! Es el hedor, La pestilencia que desprende Tu silencio traidor, Tu cómplice quietud. No es el palpitante corazón el que me inquieta. ¡No, no es! ¡Es tu inercia! Tu apatía, Tu crónica flojedad, Tu secuaz letargo. No es la música ensordecedora a romper tímpano que me perturba, ¡No, no lo es! Son tus loas a nuestro verdugo Las alabanzas al brazo ejecutor, Tus estrofas al más vil sayón. No es la tormenta, La tempestad o la borrasca Lo que acaba con mis días, ¡No, no lo es! Es tu apatía. Tu ironía de existir que me envenena la sangre Y acaba con mis energías. No es el ruido, No es la música, No es el verdugo, Eres tú quien me mata. Cristian Eteo Aquí, sigue existiendo un nicho de soñadores,
Aquellos que siguen creyendo en un mundo diferente. Aquí, siguen existiendo fantasiosos, Aquellos que ven luz, cuando todo atisbo de esperanza parece desvanecer. Aquí, donde cada amanecer viene cargado de desilusión y desesperación, Existen soñadores que abrazan el crepúsculo con esperanzas quijotescas. Aquí, donde cada flor produce rosas de pétalos tan relucientes como el sol, Hay mujeres cuya belleza resplandece con semejante fulgor. Aquí, donde los niños miran al horizonte con ojos henchidos de esperanza, Aquí, si… Aquí, también hay luces que se apagan de la mano de nuestro verdugo. Aquí, hay luces que no brillan y nunca brillaran por miedo al sistema entorpecer. Pero aquí, también hay madres, hermanas, hijas y espíritus que nos protegen, Porque, aquí, sigue existiendo un nicho de soñadores, Para seguir soñando los sueños que otros no se atreven soñar. Cristian Eteo |
Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
May 2020
PoesíaNarrativa |