Como dos hojas ocres de ficus
una mujer y un hombre observan tras la ventana el brillo desnudo de otros otoños. Se reflejan en la distancia con ademán de rictus. Esbozan los ecos de su nombre. Se escapan entre las ramas despojos de opacidad que antes fueron reflejos de amor y hoy sombras y escombros. El tiempo los delata, la caricia es frío de ambigüedad que refleja en la gruta de esa misma ventana. Idalinaguapi
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No sé que hacer
encerrado aquí solo quiero saber ¿por qué estoy sin ti? Tú me enseñaste todo lo que sé, esto que aprendí te lo debo a ti… Cambiaría el horario para verte a diario, aquí podría vivir para a tu lado seguir… Mucho trabajo tengo con eso me entretengo, y no te busco porque nunca te encuentro… A ti te quiero ver en esta cama para hacerte saber que todo termina… Eso duele menos que seguir así, porque al vernos quieres salir de aquí… Idalinaguapi Sin querer entré en tu vida
sin querer y a escondidas celebramos nuestro amor este amor tan peligroso... Tan prohibido pero hermoso fue un secreto entre los dos, y con el tiempo nos fuimos lastimando y el amor se fue alejando y el dolor que un día nos unió hoy nos separó… Quiero decirte que te quiero que sin tí siento que muero y que ya no puedo más seguir así… Quiero decirte que te espero quiero gritarle al mundo entero que sin ti ya no soy yo, que sin tu amor no quiero vivir que sin tu amor no soy feliz... Idalinaguapi |
Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
PoesíaNarrativa |