Como dos hojas ocres de ficus
una mujer y un hombre observan tras la ventana el brillo desnudo de otros otoños. Se reflejan en la distancia con ademán de rictus. Esbozan los ecos de su nombre. Se escapan entre las ramas despojos de opacidad que antes fueron reflejos de amor y hoy sombras y escombros. El tiempo los delata, la caricia es frío de ambigüedad que refleja en la gruta de esa misma ventana. Idalinaguapi
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Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
PoesíaNarrativa |