Sigo siendo (yo) quien está en conflicto conmigo mismo,
a mi Dios le rezo, pero Él no parece escucharme. Ando perdido sobre el estiércol de mi propio cuerpo Y sin dejar de esnifar el mismo dolor que ayer dejé aquí colgado. Es más fácil llorar porque me llega hasta el alma; allí tengo cicatrices que solo el tiempo supo curarme. Yo no ando esclavo, soy mi propio esclavo, enredado en mis circunstancias que es más de lo mismo. Quiero fingir que ayer fui vencido. Convencerme que en algún punto de éste camino, están los destinos marcados por un supuesto horizonte. Al que veré llegar (otra vez), sin que nadie cuente conmigo. Me costó despegarme del suelo. Hacerme a la idea de que el camino se gana caminando y que los puntos realmente están, donde uno mismo decide ponerlos. Ahora sé que debí trabajar más al principio. Desde el principio lo vi todo claro. Que el cielo siempre es del color de quien lo pinta. Que mi infierno está en mis propias entrañas. Y que al morir yo; puede que ya no se diga ni mi nombre. Autor: ÍNDICE
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
PoesíaNarrativa |