No es el ruido que me mata.
¡No, no es! ¡Es el silencio! Es el hedor, La pestilencia que desprende Tu silencio traidor, Tu cómplice quietud. No es el palpitante corazón el que me inquieta. ¡No, no es! ¡Es tu inercia! Tu apatía, Tu crónica flojedad, Tu secuaz letargo. No es la música ensordecedora a romper tímpano que me perturba, ¡No, no lo es! Son tus loas a nuestro verdugo Las alabanzas al brazo ejecutor, Tus estrofas al más vil sayón. No es la tormenta, La tempestad o la borrasca Lo que acaba con mis días, ¡No, no lo es! Es tu apatía. Tu ironía de existir que me envenena la sangre Y acaba con mis energías. No es el ruido, No es la música, No es el verdugo, Eres tú quien me mata. Cristian Eteo
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Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
PoesíaNarrativa |