Por el laberinto del amor he andado,
Buscando sin cesar un consuelo; Que trajera a mí el remedio a mi desvelo Y retumbe junto a mí en mi pecho dado. Yo fui soñando como ninguno; Componiendo al ritmo de los vientos Tantos versos, cientos De ellos para ti, y para mí ni uno. En mi juventud tenía por entendido; Que para amar y ser correspondido, Solo bastaba con hablarle al rosario Y ella te daba lo necesario. Ya con el tiempo fui aprendiendo; Que a suplicar van los cobardes Mientras; el osado sale ganando; Aunque mejor entre esos dos; Está el hijo del gobernador Que con billetes de buen ardor No deja torres levantados. Ay de mí que de galán tengo poco, Me falta valentía como la plata, Que para tal ocasión ya metí la pata Suplicando algo de amor. Sólo poco. Leoncio Marquez
1 Comentario
fermin
3/7/2018 08:50:07 am
siga asi, muchacho
Responder
Deja una respuesta. |
Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
PoesíaNarrativa |