Convidados están los señores,
En el Palacio de San Andrés; Corren muy deprisa los rumores, En aquella noche a las tres. Suspiros muy diligentes, Se oyen frecuentemente; Gana el miedo a la gente, Que lloran desconsoladamente. Si mucho supiera del palacio, Irían los rumores más despacio; Y no se sentiría este silencio, Que irrumpe en el vacío Mil lágrimas sueltan las damas, Angustiadas están sus almas; El miedo, que no brinda calma Sino un intenso terror en las camas. Son las tres y es el momento, Todos besan con el último aliento; A sus damas y a sus santos, Que para la ocasión viene perfecto. Leoncio Marquez
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Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
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