Te escribo desde las blancas arenas de mi sufrimiento, rogándote que vuelvas a mis brazos de terciopelo, esos brazos que alguna vez te cobijaron y que ahora están vacíos, sin dueño.
Cómo añoro tus labios rojos, de rubí, fuente insaciable de poesía, repleta de besos, besos que nunca probé, que nunca fueron míos, que ahora están difusos, borrados por el tiempo. Quisiera retornar a tus almidonados ojos de almendra, que se posen, una vez más, sobre la tristeza de los míos, que recuerdes el pasado, los momentos compartidos, el amor profesado, pero jamás correspondido. Tu voz enciende la llama de mi corazón herido, el cual vive y reina por tu amor escondido, mi cuerpo reclama, paciente y en silencio, las manos misteriosas de este amor prohibido. Rosa de sangre, espinas del olvido, deja que mi alma, en tus sueños haga un nido, para habitar por siempre en ellos, y tenerte a mis brazos cuando te encuentre dormido. Amor de un adiós lejano y ambiguo amor confuso, hermoso, callado, prohibido... arriba sin cuidado a la frescura de mis puertos, o piérdete en mi mar, guiado por el viento para encontrar la felicidad, en este mundo sin sentimiento Idalina O.B
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Mi letra es mi opinión, mi voz,
Mi propuesta y mi voto. Con ella reflejo lo que pienso, En ella esta lo que siento. Mi letra es mi opinión, Mi escudo, mi espada y mi tormento. Con ella me doy a conocer, Quizas por ella llegue a fallecer. Mi letra es mi opinión, Mi llanto, mi alegria y mi enfado. Juliana Mbengono Entre algo que aquí llaman cielo
Y tierra, entre las tinieblas de mi alma, Ando preso en el recuerdo de un ayer Mal tenido y llorando pero despacio. Aquí ando preso en veinte cárceles; Soy el reo que entre celdas clama Por si ahí, más allá, otro mis llantos Oye y a mi socorro viene. He clamado a tantos dioses Como a santos del cielo conozco, Mis delitos son mis sueños Y porque los dije en alto. Ando con la sentencia ya dicha Ante un juez llamado mundo, Que me lee mis delitos Y me los nombra uno a uno. Soy culpable de todo y de nada Al mismo tiempo, soy culpable Porque hablé y no supe callar, Soy culpable y por eso no tengo Derechos, soy ese reo que llevan... ayer a eso de y cuarto me trajeron, Los grillos en manos y pies me pusieron, lamenté por dios Y por lo que aún no tenía nombre, Más aún lamente cuando por mí Vinieron. No sé si hubo un juicio Pero sé que ya fui condenado. Hoy como siempre y desde mi celda Veo el cielo azul, más azul que nunca ,No recuerdo qué día es, ni cuando Aquí vine, no siento mi alma Pues tras esos muros de hormigón Se quedó, no siento la vida Me la quitaron sin más. Soy ese preso y sólo pido libertad. L. Marquez. M (índice) |
Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
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