No son lágrimas las que suavemente acarician mis mejillas,
Son lindos recuerdos que dejaste en nuestras vidas. No es dolor el nudo que tengo en mi pecho, Es la nostalgia de haber compartido techo. No es tristeza lo que siento por tu partida, Es la experiencia de toda tu vida compartida. No es silencio que guardo por impotencia, Es comienzo de vivir con más decencia. No somos aquellas niñas que juntaste, Míranos, ya somos casi todas madres. Nos hiciste hermanas, nos hiciste amigas, Y a cuidar cada una de la otra. Algunas más desordenadas y traviesas, Y vos teniendo la misma paciencia con todas. No hizo falta que nos lo recordaras, ya sabemos por nuestro hijos la madre que fuiste. Algunas lloramos cuando murió tu lorro, Aquél que nos avisaba que ya estabas cerca. Pero ahora lloramos mas sin morro, Porque hacías todo con delicadeza. Fuiste consuelo cuando murió mi abuelo, Cuando cada una perdió un ser querido. Siento tus manos en mis hombros y tu voz, Susurrando ternura de paz en mis oídos. Me diste tu nombre al nacer; Y con orgullo siento el placer, De honrar lo que fuiste más de 30 años, De honrar tu homenaje sin llacer. Gracias Adoración Sainz, gracias, Por se Africana en Malabo, En esta isla que me vio nacer. Dora Bokesa Roca Dedicada a la difunta Sor Adoración Sainz, Saleciana destinada en los colegios E Waiso Ipola, María Auxiliadora y Batete
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
PoesíaNarrativa |