De ti, no quiero nada. Huyo de tus dádivas, Ofrendas que apestan a limosna, Cuyo putrefacto hedor Asfixia mi devenir. No quiero de tu compasión, Cargada de hipocresía y rencor, Envenenada con sangre inocente. ¡No me hagas heredero de tu desventura! De ti, no quiero nada. Eres maestro y señor de todo, Amo y dueño de cristianos y moros Caudillo de todo lo que baña la luz del sol, Y también la luna. De ti, no quiero nada. Puedes arrebatarme todo: Mis días, mis noches, Mis auroras, mis crepúsculos. Puedes quitarme el sabor de la ilusión, Pero nunca la misma ilusión. De ti, no quiero nada. Si tus armas te lo permitieran, Aprópiate de mi aliento, De mi vital energía Y de incierto devenir. Pero nunca me despojarás de mi esencia, Aquello con lo que nací Y que ni tú, ni nadie me lo puede arrebatar: ¡Mi Libertad!
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Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
PoesíaNarrativa |