Juguemos a ser hombres,
Y llevaremos pantalones grandes, Traje y corbata también. Seremos grandes dirigentes, Seremos padres de familia, Los que controlan la vida. Juguemos a ser hombres, Nos emborracharemos sin miedo, Y nadie podrá quejarse. Llegaremos a las tantas de la madrugada, Sin necesidad de dar explicaciones, Pues quien se osara recibirá un puñetazo. Juguemos a ser hombres, Personas con suficiente salario, Que compartir en los bares, Entre amantes y prostitutas, Cuando sus hijos en el colegio Todos los días pasan hambre, Juguemos a ser hombres, Y nos ganaremos el derecho, A hablar desdeñosamente de las mujeres. Ellas serán de nuestra propiedad, Aunque los dueños de los otros, Realmente sean ellas. Juguemos a ser hombres, Barbudos o lampiños, Calvos o cabelludos, Tendremos una figura imponente, Seremos respetados ante la gente, Por nuestra figura Tan bien cuidada por las mujeres. Juguemos a ser hombres, Nuestra opinión será valorada, Aunque no digamos absolutamente nada, Pues se creerá que lo sabemos todo Y a contradecirnos se tendrá miedo, Ya que somos gente fuerte. Juguemos a ser hombres, Y podremos juzgar en voz alta lo desconocido. Hablaremos cuando nos dé la gana, Escarmentaremos a la señora, Si no sabe comportarse en la cama, Nadie cuestionará nuestros actos. Juguemos a ser hombres, Y señalaremos con orgullo A aquél que es nuestro hijo, Desconociendo el sufrimiento de su madre, Por hacer de él nuestro motivo de orgullo. Juguemos a ser hombres, Cristo en la tierra fue hombre, En cielo, de seguro, también lo es, ¿Los ángeles serán hombres? El Todopoderoso también lo será, ¿Qué puede ser mejor que jugar a ser hombres? Grandes bebés prepotentes. Juguemos a ser hombres, Para no ser las mujeres, Funcionarias y amas de casa, Que se hacen cargo de mil tareas, Sin descanso ni sosiego, Sea lunes o domingo, A no ser que sea ocho de marzo. JMEA
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Mayo 2020
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