De mirada melancólica
Se escuchaba sus llantos. Aún con la esperanza marchitada A ciegas recorres este sendero Esperado hallar lo bendito. No te importó el camino agrio Ni los obstáculos de Belsebu. Con las Megias llenas de lágrimas Abandonaste el limbo. Ahora entre gente distinta, Gente que te apodan diferente, Apodos de signo enemigo. Y aún así, sigues en pie Viviendo al día tu caminar En senderos de espinas malvados. Por más que insista esta dolencia, Te has puesto firme a caminar. Derepente el sol Asoma a lo lejos, Sopla un viento de paz. Los baches de dolor me derivan Insisten mis pies pesados a caminar Y no hago más que velar en ello. ¿Por qué tanto sufrir? ¿Por qué tanto dolor? Cuando más se acercaba Más se le iba el aliento. Un ángel misterioso Le tocó derepente, Salió la luz Y por fin, por fin vivió.
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Cristian Eteo B."¡Vuestra pluma nos hará libres!" Archivos
Mayo 2020
PoesíaNarrativa |